Francesca

Gather ye Rosebuds while ye may. John William Watherhouse
You and me for always. Barbra Streisand


Querida María José:

Escribir siempre es un problema para mí, quiero darle a las cosas importantes un lugar preeminente… y eso cuesta. Ahora mismo tengo un dilema. Felicitarte por tu cumpleaños es el motivo principal de este texto y me apetece mucho, pero es que lo que a mí me urge decirte no es eso, lo que quiero que entiendas es que estoy muy contenta de haberte conocido y de ser amiga tuya. Que lo somos. Lo sabes y lo sé.

Gracias por esas tardes en las que nos contamos la vida la una a la otra, en un espacio donde la distancia no importa, como si estuviésemos en despachos contiguos y, al acabar, nos fuésemos a tomar un café juntas. ¡Qué alegría siempre que aparece tu “Hola, ¿qué tal?” en mi pantalla! La amistad tiene ese poder mágico de hacer desaparecer la soledad.

Siento que compartimos el territorio de una amistad que se teje lentamente, con hilos de plata y que se basa más en lo que damos que en lo que esperamos recibir. Una amistad que está destinada a crecer, porque las dos sabemos lo difícil que es coincidir con alguien en lo que de verdad importa y porque, además, compartimos esos códigos secretos que hacen que entendamos a la otra sin verla, que sepamos qué nos quiere decir... y que nos convierten, irremediablemente, en cómplices de la vida.

Felicidades María José, amiga. Te deseo que seas todo lo feliz que te mereces, rodeada de aquellos a los que quieres y te quieren. Que pases un día envuelta en sonrisas, abrazos y palabras cariñosas. Y que seas muy feliz siempre. Con nosotros. Conmigo.

Un abrazo,

Francesca